Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

3 de marzo de 2018

LA CASA DE MI PADRE ES CASA DE ORACIÓN


EL CELO POR TU CASA ME CONSUMIRÁ

En el tercer Domingo de Cuaresma del ciclo B 
se lee el famoso episodio evangélico 
de la expulsión de los mercaderes del templo por parte de Cristo 
que relata San Juan 2, 13-16, que es un tema actualísimo:

       “Jesús subió a Jerusalén 
y encontró en el Templo 
a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. 
Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; 
desparramó las monedas de los cambistas, 
derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.»
    Y sus discípulos 
recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá”.
(cf. Juan 2, 13-16)



UNA PINTURA DE EL GRECO

En el tiempo de Cristo, el pórtico del Templo en Jerusalén tenía un mercado para comprar animales de sacrificio y cambiar el dinero para entregar la ofrenda.

Cristo conocía bien el Templo. Cada año subía a Jerusalén como estaba prescrito en la ley.

Al llegar,  expulsó a los comerciantes, diciendo: "Está escrito: “Mi Casa será llamada casa de oración "; pero la han convertido en una “casa de comercio”

La pintura de El Greco que retrata esta escena se encuentra en la National Gallery de Londres.

La imagen está dominada por la figura de Cristo, preparado para desatar su látigo de cuerdas. Sus vestiduras rojas y azules aluden a su condición de hombre y de Dios. Su semblante sereno y firme manifiesta autoridad, “el celo por su Casa lo devora”

A la izquierda están los comerciantes y a la derecha están los Apóstoles. En el siglo XVI, este ícono se usó como un símbolo de la necesidad de la Iglesia de purificarse tanto mediante la condena de la herejía como mediante su reforma interna.

Los relieves en el fondo aluden a los temas del castigo y la liberación. A la izquierda, la expulsión de Adán y Eva del Paraíso prefigura la Purificación del Templo, y a la derecha, el Sacrificio de Isaac prefigura la muerte de Cristo como la fuente de la redención.

El Greco pintó el tema varias veces a lo largo de su carrera, tanto en Italia como en España. Esta versión, con sus colores fuertes y formas alargadas, fue pintada en Toledo alrededor de 1600.

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